El gobierno de Japón decretó una advertencia sin precedentes tras el reciente sismo de magnitud 7,1 registrado el 8 de agosto en la costa sur de la isla de Kyushu.
La alerta se basa en la posibilidad de que el terremoto pueda ser precursor de un megaterremoto en la Fosa de Nankai, una zona conocida por su alta actividad sísmica.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) advirtió que la probabilidad de un evento sísmico de mayor magnitud ha aumentado. Si bien no se puede predecir con certeza un nuevo sismo, las deformaciones detectadas en la corteza terrestre han incrementado el nivel de alerta.
Según los expertos, el potencial megaterremoto podría alcanzar una magnitud de hasta 9,1 y desencadenar tsunamis devastadores a lo largo de la costa del Pacífico, afectando regiones desde Kanto hasta Okinawa.
Este es el primer aviso emitido desde la implementación del Sistema de Información de Terremotos en la Fosa de Nankai, activo desde 2019. Aunque no se han ordenado evacuaciones obligatorias, las autoridades instan a la población a estar preparada y seguir las recomendaciones de seguridad, especialmente en las zonas más vulnerables.
El primer ministro Fumio Kishida canceló una gira por Asia para supervisar la situación en el país y coordinar las medidas de emergencia necesarias.
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